Curar una herida... seguramente lo haces mal

Este título puede parecer agresivo, pero lo cierto es que la mayoría de las personas no sabemos curar adecuadamente una herida. Seguimos los procedimientos que hemos visto en nuestra niñez y que, la verdad, se han quedado bastante obsoletos.

Para no perder la costumbre de desmentir mitos, debemos decir que esa frase que hemos escuchado tantas veces (generalmente con una finalidad de consuelo que no se solía conseguir) NO ES CIERTA.
Sí, nos referimos a "si escuece es que está curando". No lo probéis en vuestras casas, pero si os aplicáis lejía en la piel sentiréis un escozor nada agradable y os podemos asegurar que no se está curando nada. Lo que obtendréis es una considerable quemadura. Con esto no queremos decir que todo lo que escuece hace daño, sino que

ESCOZOR  ≠ CURACIÓN.

Nuestra finalidad al curar una herida es evitar que ésta se infecte y favorecer la cicatrización. Con este objetivo, los pasos a dar al curar una herida son 3: Limpiar, desinfectar y tapar.


Atención: ¡¡PROHIBIDO!!
A continuación explicaremos estos pasos brevemente, pero lo primero que vamos a hacer es enumerar todos los productos que está prohibido aplicar en una herida:

  • ALGODÓN: no lo usaremos por dos motivos. El primero es que no es estéril y el segundo que deja residuos (hilillos) que pueden quedar en la herida y favorecer su infección.
  • ALCOHOL: prohibido porque seca demasiado la piel y además reacciona con las proteínas de la herida creando una película que protege precisamente a las bacterias, con lo cual facilita la infección. Además, pierde su actividad cuando entra en contacto con sangre o pus (😲). Es útil para desinfectar el material que vamos a usar (si no tenemos algo mejor) e incluso nuestras manos en caso de no disponer de guantes. Por cierto, que el alcohol de 70º es más eficaz que el de 96º que es el que solemos tener en casa. Sorprendente todo esto, ¿verdad?
  • AGUA OXIGENADA: es poco eficaz contra las bacterias y produce un gran escozor (no hay que sufrir sin necesidad.) Sí que nos puede resultar útil para eliminar la sangre seca.
  • MERCUROCROMO: los que tenemos una edad hemos usado la Mercromina® con profusión. Actualmente no debemos usarla porque es poco eficaz, tiñe la herida (con lo que no nos permite vigilar la aparición de signos de infección) y además contiene mercurio, un elemento que puede ser tóxico al alcanzar determinados niveles.
Sobre antisépticos como el alcohol, el agua oxigenada y demás, nos da información muy interesante la farmacéutica Marta Paneque García en Antisépticos y desinfectantes o este artículo de Educación sanitaria sobre Apósitos y antisépticos.
  • ANTIBIÓTICOS: nunca jamás. Los antibióticos son para curar infecciones, no para prevenirlas. Para la prevención están los antisépticos. Además, el uso de antibióticos en las heridas favorece la aparición de resistencias bacterianas, es decir, genera bacterias resistentes a esos antibióticos, y eso es un peligro para la salud pública. En una pequeña proporción de casos puede ser necesario el uso de antibiótico en una herida que se ha infectado (no en el tratamiento inicial), pero debe ser un facultativo quien diagnostique dicha infección y prescriba el antibiótico adecuado.


Vamos al grano, ¿cómo se cura?
Por tanto y yendo al grano, ¿cómo curamos una herida? Es facilísimo y sólo tenemos que seguir los 3 pasos indicados previamente:

1. Limpiar la herida. Con suero salino fisiológico o sencillamente con agua del grifo y jabón neutro, o con agua sola. Mejor si el agua no está fría.
Antes nos habremos puesto guantes o, si no disponemos de ellos, nos habremos lavado las manos con agua y jabón, o con una solución a base de alcohol.
Tanto en la limpieza como en la desinfección usaremos gasas estériles. 

2. Desinfectar la herida. Con un antiséptico. Ya hemos descartado el alcohol, el agua oxigenada y la mercromina. Nos quedan básicamente dos antisépticos de uso común: la Povidona yodada (Betadine®) y la Clorhexidina (Cristalmina®).

La POVIDONA YODADA, más conocida por la marca comercial imperante, Betadine®, tiene ventajas e inconvenientes. Como ventajas diremos que es bastante potente eliminando bacterias, pero como inconvenientes debemos destacar que ese poder se inactiva en presencia de sangre y pus, que retrasa la cicatrización, que tiñe la herida (y otras cosas) enmascarando los signos de infección que pudieran aparecer, que contiene yodo que puede ser tóxico al absorberse (por eso no debe usarse en embarazadas ni lactantes) y que hay personas alérgicas a éste (para sospechar alergia, podemos preguntar a la persona si es alérgica al marisco, pues ambas alergias suelen estar asociadas). A esto debemos añadir que se estropea bastante rápido y que es frecuente que cuando lo vamos a usar en casa ya se encuentre caducado.
Leyendo esto sorprende que se use tanto, ¿verdad?
Además, la povidona yodada tiene una cualidad y es que seca bastante la herida, lo cual es una pega a veces, pero resulta útil cuando la herida está macerada.
Y parece que la CLORHEXIDINA (Cristalmina®) se lleva todos los puntos. A su favor, debemos decir que es la única que no pierde efectividad al entrar en contacto con la sangre o el pus, que su efecto es el más duradero, que no es tóxico, es transparente y que las alergias son infrecuentes. En su contra... si eres alérgico, no lo uses. Por cierto que existe una presentación en espray que resulta muy cómoda. 

3. Tapar: ¿tapar o no tapar? Pues esa es la cuestión. Ambas opciones tienen su utilidad. La herida destapada se airea, permitiendo la expulsión de determinadas sustancias y evitando la maceración; pero es más propensa a la infección, especialmente si el aire es sucio. Por otro lado, no es conveniente golpear y rozar la herida pues esto dificultaría enormemente la cicatrización. De modo que dejaremos la herida descubierta siempre y cuando no se den las siguientes circunstancias:
  • herida profunda o extensa (tienen gran riesgo de infectarse);
  • herida en zona de roce o expuesta a golpes (rodillas, codos, manos, pies...);
  • ambiente sucio.
Un problema común: el apósito se pega la herida.
Esto ocurre con bastante frecuencia cuando las heridas tienen cierta profundidad. A la hora de retirar el apósito de la herida, vemos las estrellas. Esto es porque el tejido de cicatrización se ha adherido al apósito. El problema no es sólo el dolor (insistimos, no hay que sufrir sin necesidad), sino que al retirar el apósito nos llevamos también parte del tejido de regeneración (la "costra", para entendernos). Para evitarlo, se pueden usar apósitos vaselinados, pero sin olvidar que este tipo de apósito favorece la maceración de la herida, es decir, que se reblandezca. Para compensarlo, se puede aplicar povidona yodada, que, como hemos comentado, tiene un efecto de desecación.

Como recordatorio, esta imagen con el material que SÍ debemos usar al curar una herida.

Si aún tienes curiosidad por saber algo más acerca de cómo curar bien una herida, échale un vistazo a este post con información sorprendente: Cómo curar bien las heridas.

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